Carta a mi Yo vulnerable
Tus avances han sido
espectaculares este año…no sé si porque has madurado o porque te cansaste de
hacer el ridículo. Abril, junio y diciembre han sido pruebas totales y aunque
puedes ser un poco impulsiva, el paso del tiempo te ha demostrado que pensar en
las consecuencias es sano y que es un paso que no debes saltarte. Una vez me
asusté porque te desconocí, esas reacciones que siempre criticaste
las hiciste propias, pero aprendiste. Aún debes trabajar en ese libro de ‘Cómo
no llorar en lugares inoportunos’ para que dejes de hacer esa bobada. Hoy
quiero decirte/recordarte un par de cosas, detalles que olvidas cuando estás en
ese estado:
Está bien sentir y está bien
llorar. Está perfecto encerrarte 5 minutos en el baño a pegarte el respectivo
llanto post-meenterédealgunahuevada. Está bien. Ser vulnerable y sentir como
sientes está bien. PERO ya. Eres una mujer inteligente, que se cuida, que se
ama, que sabe y está segura que el amor propio es la base de todos los amores.
Que tú eres más fuerte que lo que te está pasando, que aprendiste a ser fuerte
y que te lo vas a demostrar. Que todo pasa. Que te has visto salir de cosas
peores. Que tienes salud, papás, hermanas, trabajo y comida a diario. Que eres
realmente afortunada. Afortunada con todas las letras. Que te vas a ir de
viaje. Y que estás trabajando en ser más organizada para poder cumplir todo lo
que te has propuesto. Que no se acaba el mundo. Que esto será una anécdota. Que
estás entera. Que esto es aprendizaje. Además, lloras feo y preocupas a mi
mami. Mira la herida pero no la toques. Por tocarte las heridas después del
accidente en Baños, te quedaron marcas. Boba, no toques la herida. Mírala y
avanza. Siempre sanamos, y el tiempo depende de ti. Lo que ahorita lo ves
imposible, mañana tendrá luz de salida. Y vas a salir, porque no te gusta
quedarte quieta. Porque no eres quedada. Media cojuda pero nunca quedada. Perdónate.
Ora. Eres fuerte pero necesitas ayuda: habla con Dios. Y después de él, con
quien quieras. No hagas las cosas por no querer estar sola. Ten un plan.
Escribe, pero escribe para sanarte. Tu problema es tuyo, hazte cargo. Analiza
tus decisiones y sus consecuencias.
Sana restricción, audios de Mía Astral,
apuntes en la libreta, una película, una sedorm, a la basura los ‘qué hubiese
pasado si…’ Ya fue. Pana, ya fue. Deja de verbalizar que ‘ya fue’ deja de
decírselo al mundo, mejor interiorízalo y el ‘ya fue’ será en serio. Eres pilas,
a veces. Tú puedes. Puedes salir de esto y de mucho más. Parece que no, pero te
he visto levantarte un montón de veces. ¿La ansiedad de la mañana?
Desaparecerá. Le doy una semana. ¿La ansiedad de los tiempos muertos, en los que
nadie te habla y recuerdas todo? Eso no va a pasar y debes manejarlo. Eres una
mujer positiva, a veces demasiado, quizá por eso te golpeas tan duro. Sin embargo,
es lo mejor que tienes, sigue así. Hermana, no te vas a morir. El fin del mundo
es que algún día te salga una verruga en la cara, no esto. Esto es algo que va
a pasar. La verruga en la cara también pero te costaría $$. Ríete de ti. Piensa
que es material para el libro que debes escribir antes de los 40. Necesito que
recuerdes lo más importante: TE AMO POR SER TÚ, CON TODO Y LO DESPISTADA E
INGENUA QUE PUEDES SER, ERES ÚNICA y nadie con los puñetes emocionales que te
pueda pegar te quitará eso. Y ya báñate, por favor.
Atentamente
Acabo de sentir como si esto hubiera sido una carta de mi para mí. Literal aquí dice todo lo que necesitaba justo en este momento (estoy encerrada llorando en un cuarto). Tengo el impulso de conocerte abrazarte y agradecerte pero soy demasiado introvertida para ello, igual gracias.
ResponderEliminarGracias por esto gracias por no dejarnos solos... por la forma tan espectacular como escribes. Fin.
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