16-04-2016

Soy guayaquileña. Perdón. Soy ecuatoriana, tengo 24 años, y el sábado 16 de abril sentí a mi país llorar, gritar, temblar. 

Por días los ecuatorianos recibimos notas de voz alarmantes, cadenas de mensajes, imágenes extremadamente fuertes, malas noticias. También llegó a nosotros ayuda por medio de redes sociales, mensajes esperanzadores, ideas para las empresas, ayuda internacional, donaciones. El 17 de abril, descubrimos que esto era más terrible de lo que pensábamos, y nos sacamos las camisetas políticas y nos pusimos la del país, la de la tri, la de 'me necesitan y aquí estoy'. Manabí y Esmeraldas son las provincias más afectadas. Muertos, hambre, sed, y desorientación. 

Imagen de @Niissde. ¡Gracias! 
El país se llenó de centros de acopio, de grupo de amigos, de gente buena. Y la ayuda se sigue enviando. Ecuador sigue temblando, pero no paramos. No estoy escribiendo esto para contarles detalles devastadores, cifras, o para señalar a la gente que sigue su vida como si nada eso lo encuentran en todos los medios de comunicación del país. Quiero explicarles que el proceso no será solo económico, que esto no se acaba cuando todos los muertos estén enterrados y cuando todos los sobrevivientes coman a diario otra vez. El proceso más complicado está en nuestra cabeza. Nunca nos vamos a olvidar de lo que hemos logrado, nunca se irá de nuestra cabeza cuanto nos apoyamos, cuanto nos movimos por una paca de agua. Pero, quizá, tampoco olvidemos el miedo que sentimos el 16/04, las noches sin dormir, el llanto por cada foto, por cada nueva noticia, la sensación de que todo tiembla, la culpa extraña que sentimos de comer y dormir en una cama. 

A pesar de que querer ser madre no está en mis planes principales, los niños son mi punto de partida y final. Me derrito. Me muero. Me encantan. Les caigo bien y ellos a mí. Me gusta escucharlos. Me encanta hacerles preguntas extrañas para reírme de sus respuestas creativas (¿te gustaría ser presidente de la luna? ¿Qué harías todo el día?) y si tuviera mucho dinero, mucho, en este instante, adoptara 90. Pero no lo tengo, y no estoy preparada para 90 llantos. Es por eso que necesito ayudarlos. Deseo crear un centro de recreación temporal para ellos. Para que no olviden que son niños.

La ayuda está llegando. Un poco lenta pero está llegando. Sé que hay frustración, miedo, coraje, indignación pero que nada de estas cosas maten las ganas de seguir ayudando. Muertos ya tenemos. No se sientan mal por reír un día, esto es fuerte, esto es duro, es un puñete al corazón, pero debemos sanarnos la herida 5 minutos al día. Los manabas son gente 'bien parada' y los esmeraldeños son fuertes. Nos necesitan. No tienen idea de lo mucho que nos necesitan. Donemos, toquemos puertas, agilitemos información, partamos el pan, oremos. 

Nadie dijo que iba a ser fácil. Y de hecho, parece que nos ponen las cosas más difíciles. Pero como dijo @malulyoliva  'Algún día les contaré a mis nietos que nací en un país que se abrazó a sí mismo tan fuerte que nunca más volvió a temblar' 

Desde el sábado 16 de abril, las prioridades en mi cabeza cambiaron, todo lo que me preocupó antes tomó un paso atrás. Decidí que cuando la situación se encuentre más estable, aprendería primeros auxilios en la Cruz Roja, quiero ser Bombero Voluntario, y aunque soy comunicadora espero poder tomar una maestría que se dirija en temas sociales o psicológicos. 

Para mi buena suerte he podido ayudar en la coordinación de las donaciones en diferentes centros de acopio y coordinación general con grupos de viajeros. Los interesados en donar víveres, agua, colchones, medicinas, kits para bebés, niños y niñas,  juguetes y leche de fórmula, biberones, chupones, etc pueden contactarme por medio de mi correo: justinpincaypazmino@gmail.com o por Twitter: @JuzzPincay. Y por favor si conocen a alguna autoridad que me pueda ayudar en la creación del centro de recreación para niños contactarme de manera urgente. Ayudemos a ayudar. 


También pueden ayudar por medio de este link: http://www.giveme5forecuador.com/
En Twitter pueden encontrar las cosas que se necesitan y se ofrecen con el hashtag: #SeOfreceEc #SeNecesitaEc 


Ps. Escribo todo esto mientras tengo la suerte hermosa de escuchar a mi hermano de 6 años hacer el sonido de un carro con la boca, con un carrito de juguete en sus manos. Todos los niños deben estar haciendo esto. Los podemos ayudar. 

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