BU!

Trabajo en un lugar donde hay gente hermosa. Sí, hermosa: narices perfectas, nalgas que no puedes dejar de mirar, pelos largos y lacios. En este lugar los que no somos así somos como fantasmas buenos. Ahí estamos, nadie para bola pero saben de nuestra existencia.
No tienen idea lo que es comer con gente hermosa, uno se siente mal cuando le sirven el arroz, la pasta, el jugo con harta azúcar. A la gente hermosa le encanta la gente hermosa. Comen juntos, ríen sus chistes de gente hermosa, y saludan a los fantasmitas de vez en cuando, porque la gente hermosa suele ser educada.

Cuando no soporto el congelador de la editora, salgo un rato a pararme junto a la máquina de refrescos que estoy segura que la gente hermosa no toma. Me paro con mi celular a ver la hora por lo menos, lo hago solo para sentir como el calor se apodera de mi cuerpo frío. Ese día tenía una grabación larga y decidí ir en zapatos deportivos, jeans, y la camisa del trabajo. La más sensual de las fantasmas. Y pasa un grupo de gente hermosa que suele trabajar conmigo, y me saludan con la mano. Pasa, además, una mujer con una croptop, un short, y tres maletas(siempre tienen muchas maletas)
.Desmaquillada, con el pelo perfecto y unas piernas que yo solo podría tener si me dedico 56 años al crossfit. Le sonrío. No me ve.

Nunca he sido fan de ser (parecer) modelo de revista. Nunca me han gustado los zapatos deportivos. Hace un tiempo aprendí a maquillarme, porque no le paraba mucha bola. No, nunca he sido ‘dejada’ , y sí, siempre estuve consciente de la carrera que elegí y lo que eso encierra. No, no me siento mal cuando yo estoy con la camisa polo y ellas con croptop. Eso hace más cómodo mi trabajo y seguramente su croptop, hace el de ella. Y no, tampoco lo veo como motivación.

Estoy bien, mi autoestima no se ve amenazada, ni mucho menos. Pero no les voy a mentir, que sí me quedo fría cuando pasa ese tipo que está bien y me gusta, y mira las tetas que yo no tengo. La saluda de beso a ella, y de lejos a mí. Pienso que la gente hermosa, de ley, tiene problemas de fantasmas. De seguro más de uno se peleó con el novio, ha llorado en el baño por su ex o simplemente tuvo un mal día del trabajo, como los fantasmas solemos tener.


Ser un fantasma está bien, a veces me pongo un vestido y tacones y me siento menos fantasma de lo normal, con más frío y caminando chueco, pero un fantasma con glamour, enamorada de cada paso que doy, y de vez en cuando, para que mentirles, mirando fantasmas que tampoco están mal.  

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