Carta al amor de mi vida.

(tan imposible como escribir esto sin llorar)

Eres la persona más imprudente que conozco. La más impuntual. La más terca. Eres la persona por la que sin pensarlo daría mi hígado, mi corazón, mis riñones. Eres lo más lejano a ser perfecto, y me costó aceptarlo. 

De pequeña quería ser como tú. Luego me di cuenta que no eras tan perfecto. Que tomabas decisiones extrañas. Que no, no eras tan perfecto como yo pensaba. Que pasaron los años y esas imperfecciones me dejaron de importar porque seguías haciendo cosas por mí que sé que nadie las haría. 

Con los años dejaste de ser tan flexible. Cuando me hacía la enferma para no ir a clases, convencías a mi mami de que yo realmente estaba 'enferma'. Pero cuando decidí estudiar comunicación, me pediste que no, que estudie leyes. Y lo hice. Cuando quise irme, me pediste que no lo haga. Que esta vez no me ibas a apoyar. Creo que te arrepentiste a los 5 segundos, luego me abrazaste y me dijiste que estudie lo que me haga feliz. 

Costó mucho estudiar lo que me hace feliz. Hiciste todo. Literal, hasta lo imposible. Si hiciera una lista de cuanto te debo, creo que te daría mi vida y quedara debiéndote. No eres el hombre de mi vida por las cosas que me has dado, eres el hombre de mi vida porque nunca has dudado en hacer todo lo posible por hacerme feliz. 

Hoy cuando me dejaste en el trabajo, como todas las mañanas, no podía dejar de tomarte de la mano. De decirte que te amo. Te digo te amo todos los días. Tú me dices te amo todos los días. Sé que soy afortunada por tenerte a mi lado, por tener la relación que tengo contigo. Sé que no te gusta que no quiera tener hijos, sé que te preocupan muchas de mis decisiones. 

Sé que te hace feliz, que vea los partidos contigo. Sé que no debo programar ver los partidos de Barcelona con nadie más que no seas tú. Sé que te emociona cuando hablamos mucho de fútbol. Quieres que sea periodista deportiva, te he dicho mil veces que no, luego sonríes, dices que no importa pero que no deje de ir al estadio contigo. 

A veces estoy muy cansada y no me río de tus chistes, luego pienso que tú trabajaste más, que debes estar el triple de cansado y que morías por escucharme reír. Y pienso que soy una imbécil. Siempre me dices que eres muy feliz por verme a mí y a mis hermanos, terminando etapas y yo soy feliz por contar con tu presencia en mis etapas, en las mañanas, en mi vida. 

Gracias por confiar en mí. Sé que me he ganado eso. No tengo la necesidad de mentirte. Gracias por hacerme feliz. Quisiera 'sacar pica' y contar todo lo que haces por mí. Desde irme a ver todos los días a la universidad, hasta vender tu carro por pagarme un semestre. Gracias por apoyarme a convencer a mi mami para hacer ciertas cosas de chiquita. Gracias porque una vez estaba en el trabajo, me moría de hambre y me llevaste un bolón a los tres minutos. 

Discúlpame la imbecilidad, mi egoísmo, mi inmadurez. No te dejo de amar nunca. 

No eres un hombre muy preparado, eres un hombre muy inteligente. No, no eres perfecto; pero yo soy una imbécil que no se ríe de tus chistes. Javier, tú eres el hombre de mi vida. Eres todo para mí. Eres el amor de mi vida. Te amo papi. 

Comentarios

  1. Muy emotiva. Se ve que tienen una gran relación y eres afortunada por tener un papá tan flexible y comprensivo.

    P.D. Yo también creo que el tener hijos no es obligatorio

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  2. Es fantástico leer estas cartas de amor de una hija a su padre, es el sentimiento de amor más noble, puro y sincero. Habla de dos personas que entienden el significado de la vida y como vivirla, felicidades a la escritora por ser una hija que ama a su padre por sobre todas las cosas, y felicidades al papá por su comprensión, apoyo y dar todo de sí para ella.

    Genial.

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  3. ERES AFORTUNADA JUZZ!.. Leí esto y lloré. Me encanta como escribes sigue asi!!!! besos.

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