Te quiero mucho 2017

Hace poco escribí un tweet que decía que si me iba bien en el último comité de mi trabajo, declaraba al 2017 uno de los mejores años. El comité, de hecho, se canceló y oficialmente: Te quiero mucho 2017.
  •    En 2016, inicié un diario y este año hice lo mismo. Una de las mejores decisiones, gracias a este par de cuadernitos pude confirmar que todas las tormentas pasan. Un día estoy diciendo que me quiero morir por alguna situación, meses después me estoy riendo de mi reacción. Además escribir me sirve un montón para tomar decisiones definitivas. Las firmo. 
  •    Empecé el año tomando la peor decisión del universo y no importó, me levanté.
  •   Este año aprendí que estoy hecha de voluntad, no de dolor. Que soy capaz de cumplir mis promesas, que no debo sufrir por cosas que yo puedo solucionar. Les cuento que en el afán de no olvidar esta frase, casi me tatúo. Tomé un taxi y le di la dirección del lugar de tatuajes al señor, en el camino me arrepentí. En su lugar, decidí ir donde hacen pulseras con la palabra o frases que desees. La mía dice: VOLUNTAD, nunca me la quito. Cuando estoy a punto de cometer alguna estupidez, la miro y me calmo.  Mírala aquí.
  • 2017 también me recordó que no debes confiar en quien alguna vez te lastimó con alevosía. Que aunque la gente cambia, los corazones malos nunca. Que hay que confiar en la intuición cuando algo dentro de ti te dice: No, con él/ella no.
  • Aprendí, además que las historias de amor permiten no perder la fe. Un día sentada en mi puesto de trabajo, con un hueco en el estómago y firmando en mi diario que iba a quedarme sola para siempre; una compañera que casi nunca se acerca a pedirme algo, me hizo un requerimiento y se quedó junto a mí mientras lo realizaba. Mientras tanto, me contó una historia de coincidencias y vuelos entre su sobrina y su esposo. Dos personas que no tenían razón por la cual enamorarse o conocerse, de religiones diferentes, de países extraños, que coincidieron en una boda donde ninguno de los dos conocía a los novios. Media hora antes estaba pensando cuantos gatos tenía que adoptar y googleando los mejores países donde vive la gente soltera. Después de esa conversación me quedó claro que lo único que hay que tener es paciencia y fe.
  •  Entendí que no importa cuánto hable la gente de Dios en sus redes sociales, si sus acciones hacen daño al resto. Conocí a alguien que dice mil malas palabras por segundo y le da de comer a quienes más lo necesitan. Y a otra que grita en sus redes y en reuniones lo buena persona que es, se toma fotos ‘ayudando’ y trata mal a la señora que trabaja en su casa.
  •  Aprendí que las buenas decisiones pueden doler al inicio, pero que luego tienen una recompensa hermosa: paz.
  • Vi como los malos corazones se quedan con los malos corazones. Uno tiene los amores que merece. Si tienes un amor lindo es porque cosechaste eso con tus acciones, si hiciste daño y mentiste no esperes paz. 
  • Estoy rompiendo aún la idea que tengo del amor, no porque no sea buena, sino porque (también estoy aprendiendo eso) no todos los amores son iguales. Hay que romper estructuras para crear algo nuevo y lindo.
  • Aprendí que puedo ser buena persona incluso con quienes no son buenas conmigo. Sin extremos, sin dejar que me vean tonta, solo dando lo que tengo: amor y paz.
  • Este año entendí lo que dijo Carrie: Maybe you're only alloted a certain amount of tears per man... And I've used mine up. Y combinado con los otros aprendizajes que les mencioné las cosas han tomado un curso interesante.
  •  2017 me regaló a una chica obsesionada conmigo y con mis pasos. No por envidia,  sino por miedo. Y bueno, creo que aprendí a manejarlo. Al inicio me desesperaba y decía cosas como: ‘está loca, está enferma, es una mala persona’. Estos últimos meses solo decidí no volver a preocuparme por una persona que nunca estuvo en mi radar. Que no conozco y que no me interesa conocer. Solo le deseo mucho amor, porque estoy segura que lo necesita.
  • Aprendí y decidí no perderme los mejores años de mis padres.
  • ¿Recuerdan el post del año pasado donde digo que espero cambiar mis hábitos alimenticios? Ya, no lo logré. Pero es porque no puedo ser chévere todo el tiempo. Tengo mis cosas. JAJA, mentira. De hecho, el año pasado lo dije porque estaba gordita, pero este 2017  he tenido muchos problemas de salud, por eso aprendí que debo cuidar mis comidas no por verme bien, sino por sentirme mejor. Mi salud este año fue 6/10. Terrible. Tarjeta roja.
  •  Lo que lleva al siguiente aprendizaje: Sin salud, nada sirve. No importa si superas tus rupturas al día siguiente, si no puedes ni pararte de la cama a trabajar. Con salud, todo.
  • Aprendí que en serio soy la mamá del auto engaño. Una paja mental me metí todo el año: Que si que casi que soy el presidente de los Estados Unidos y no tengo tiempo para nada y dejé de leer de forma abrupta. Sin embargo, cuando en septiembre tomé una decisión correcta para mi corazón, la ansiedad se fue y empecé a leer  nuevamente. Los que me conocen saben que escribía en Cementerio de Libros, pero 'mi falta de tiempo' me impedía seguir aportando. Pero ahora ya regresé a regalarle mi plata a LibriMundi y Mr. Books. 
  •  Aprendí que quiero dejar de beber, pero este punto aún no lo resuelvo así que siguiente…
  •  Todo pasa por algo, a mí me pasa por ansiosa. Pero les juro que todo pasa por algo. Ese trabajo que no salió, ese viaje que no se dio, ese stalkeo que no pudiste cometer por el candado, pasa por algo. Confía en tu intuición.
  •  Entendí que dejar las cosas en manos de Dios, es demasiado mi asunto pero que es hermoso contar con él.
  • Que Dios es bueno y perfecto, que me coloca en los lugares y con las personas con las que debo estar para crecer. 
  •  Aprendí que no puedo andar por la vida queriendo cuidar a alguien que no se quiere.
  •  Que si te hace dormir llorando, eso no es amor.
  •  Que la gente buena encuentra gente hermosa para crecer juntos.
  • Que no puedo esperar que la gente haga las mismas cosas que yo hago por ellos.
  •  Que el amor no se grita, se hace y se expresa. El amor es una acción, no una frase bonita en whatsapp.
  •  Que las expectativas son terribles, que es mejor guardarlas en un cajón y hacer las cosas sin esperar nada.
  •  Que el amor llega, no importa cuánto te resistas, llega.

En resumen: Mi 2017, fue muy bueno. Mejor de lo que me esperaba porque no lo empecé con pie derecho. Sin embargo, esa mala decisión de enero hace que este año termine espectacular; gracias a ello, trabajé todos los días por tomar mejores decisiones que me hacen feliz a largo plazo y no para el momento. Saqué de mi vida a quienes no me aportaban nada y entraron en ella, quienes me hacen sonreír con solo ver su mensaje en mi celular. 

Sigo tomando decisiones de mierda porque este es un camino largo de aprendizaje, pero procuro que las buenas decisiones sean más. 



  ¡Gracias por leerme y confiar en mí! Que sea un año lleno de buenas decisiones. ¡Feliz 2018! 

Comentarios

  1. Mi chica de buenas decisiones ��

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  2. Bella como siempre Juzz. Espero que el 2018 sea lleno de éxitos y sobretodo mucha dicha.
    Me llevo algunos buenos puntos que plasmas aquí, realidades objetivas.

    Felices fiestas.

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  3. que lindo escribes, siempre te leo, me da un aire de energía porque me identifico tanto con lo que expresas, creo que estas vivencias nos ocurren con más frecuencia de lo que parece, a todas, y solo gracias, porque por lo menos a mi me inspira a mejorar!

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